LA ILIADA | Canto 3 (RESUMEN)

 

En el canto 3 de la Iliada, los ejércitos avanzan a la batalla, ruidosos los troyanos y silenciosos los aqueos.

Ambos ejércitos se colocan uno frente a otro. Al frente de los troyanos va Paris desafiando a los aqueos y Menelao se acerca por eso deseoso de venganza, esto hace que Paris tenga mucho miedo, retroceda y se esconda.

Al ver esto, Héctor le reclama su cobardía y que por su culpa se encuentran en aquella situación, por haberse robado a Helena.

Paris acepta que Héctor tiene razón y le pide que le dejen pelear uno a uno contra Menelao y el que pierda se quedará con Helena y con las riquezas del otro, permitiendo que ambos ejércitos regresen a sus casas sin que haya batalla.

A Héctor le agrada la propuesta y se la comunica a los aqueos. Agamenón a su vez la acepta, pidiendo que traigan a Príamo para que sea testigo del juramento de sus hijos.

Héctor manda por Príamo, mientras que Agamenón pide que le traigan un cordero para sacrificar por el juramento.

Mientras tanto, Iris, tomando la forma de Laódice, cuñada de Helena, va en busca de ésta, para que presencie el combate entre Paris y Menelao. Entonces Helena acude a ver la pelea.

Príamo, que presenciaba los hechos junto a otros de los ancianos troyanos, habla con Helena y le pide que le de referencias de algunos de los aqueos.

Después de esto se realizan los sacrificios y los juramentos a Zeus para que se cumpla lo que ahí se está pactando, de lo contrario, quien incumpla lo juramentado se vea condenado por el dios.Pero Zeus no juró en esto.

Posteriormente Príamo pide que lo excusen, pues no se cree capaz de soportar ver el combate de su hijo con Menelao.

 Héctor y Ulises miden el campo de combate y echan suertes para ver quién será el primero en atacar, resultando ser Paris el elegido.

 Paris arroja entonces su lanza primero, comenzando la pelea, sin causar daño a Menelao, después ataca Menelao, atravesando el escudo de Paris, pero sin herirlo, en seguida éste saca su espada y ataca a Paris en el casco, luego lo toma por el mismo casco y lo arrastra, pero Afrodita interviene salvando a Paris de la muerte, llevándolo entre la niebla que se levantaba con Helena, a quien le dice que vaya con Paris que le espera en el lecho. Al principio Helena se niega, pero Afrodita, muy enojada, la reprende y amenaza, por lo que obedece a la diosa.

Helena le dice a Paris que debió morir en la batalla y que mejor desista de volver a pelear con Menelao. Paris acepta que Menelao lo ha vencido, gracias a la ayuda de sus dioses, pero que en otra ocasión él será el victorioso por causa de los suyos.

Mientras tanto Menelao busca a Paris entre la muchedumbre, sin suerte. Agamenón dice entonces a los troyanos que la victoria ha sido claramente de Menelao por lo que pide la restitución de Helena y el pago de la indemnización correspondiente. El canto termina con un aplauso por parte de los aqueos al discurso de Agamenón.